
La palabra kumihimo puede traducirse como cordón trenzado, pero también representa un oficio tradicional japonés poco conocido porque tan solo forma una pequeña parte de la indumentaria japonesa.
Suele ser un cordón estrecho de unos 2,5m de largo, pero puede variar según la envergadura de la persona. Este trenzado puede usarse en otros objetos como: las ceremonias religiosas, los ornamentos para cartas, contenedores de ceremonia del té, cintas para espejos, abanicos, y actualmente para atar los móviles a los cinturones, bolsos, etc.
Antiguamente, el kumihimo se usaba para evitar que el té fuera envenenado. El nudo con el que se ataba el contenedor era muy difícil de crear por lo que si el dueño viera alguna variación sabría que había sido manipulado.
Antiguamente, el kumihimo se usaba para evitar que el té fuera envenenado. El nudo con el que se ataba el contenedor era muy difícil de crear por lo que si el dueño viera alguna variación sabría que había sido manipulado.

Historia
Antiguamente, se trabajaba el trenzado directamente con los dedos sin la ayuda de un telar y los puestos de trenzado eran populares. Se cree que la técnica pudo venir de Europa a través de Asia central, y de ahí llegó a Japón.
La documentación que se conserva sobre el kumihimo es poca ya que solo engloba una pequeña parte de la tradición textil. Los primeros telares usados fueron el marudai y el kakudai. Las técnicas se transmitieron oralmente, a fin de mantenerlas el secreto entre los miembros de la familia o gremios, esta práctica todavía se conservan algunas escuelas.
Dicha artesanía se empezó a desarrollar a partir del período Nara (645 – 748dC), con una paleta básica de morado, magenta, azul, verde, oro y un naranja importado de China. La combinación de estos colores protegía de los malos espíritus. Era costumbre que las mujeres usaran un cinturón hecho con esta paleta para protegerse de la mala suerte. Se pasaba de madres a hijas y no podía mostrarse nunca al marido.
Cuando el Budismo se convirtió en la religión dominante en el período Heian (784 – 1184 dC), supuso un gran auge del trenzado de kumihimo. Eran usados en las ceremonias y también en la decoración de los templos. Los monjes popularizaron el trenzado como forma de meditación. Hoy día se conservan muchos kumihimo que habían sido escondidos en estatuas.
El orígen del cinturón llamado “hirao” también comenzó en esta época. Se fabricaba mediante un telar llamado karakumidai, basado en el trenazdo chino. El cinturón solo podía ser llevado por el emperador, la emperatriz, el príncipe heredero y los tres niveles más altos de nobles. Medía 2,5m de longitud y entre 15-20 cm de ancho. Se enrollaba alrededor del cuerpo de forma que los extremos delanteros colgaran de la parte delantera.
Durante los dos períodos siguientes (Kamakura y Muromachi 1185 – 1573) la clase guerrera samurai llegó al poder. La demanda de armaduras aumentó considerablemenete, creándose así una nueva clientela para los fabricantes de kumihimo. Las placas de la armadura eran unidas mediante cintas trenzadas, que requerían entre 250 y 300 m para cada armadura. En esa época era usual sumergir los trenzados en agua helada para hacerlos más resistentes. El kumihimo también fue usado para el mango de las espadas proporcionando un mejor agarre de la mano para así evitar el deslizamiento.


En el período Momoyama (1573 – 1614) comenzó el kumihimo, tal y como lo conocemos hoy día, con el cambio del estilo de kimono y la introducción del obi que requería una cinta para atarlo.
Hacia el final del período Edo (1616 – 1867) la técnica evolucionó créandose nuevos telares como el takadai que permitieron hacer formas más complejas e intricadas. La ciudad de Edo (Tokyo) concentró la mayoría de la artesanía, produciendo los patrones tradicionales que se han convertido en estándar.
Pero en el período Meiji (1867 – 1912) la cultura samurai se fue extinguiendo y con ello la artesanía de kumihimo sufrió una gran pérdida. Por otro lado, la invención de máquinas y la introducción de hilo sintético que abarataría su precio acabaron por desbancar al negocio. Hoy en día el 95% se produce de forma industrial. A pesar de ello, todavía existe un mercado hecho a mano con piezas de gran valor y exclusivas.
Escuelas de kumihimo
En Japón es considerada una de las artes tradicionales japonesas. Existen diversas escuelas especializadas que tienen una larga tradición y que todavía atraen a estudiantes qe desean aprender este arte para disfrute propio, más que para lograr un trabajo.
La competencia entre las escuelas es muy fuerte y cada una guarda celosamente sus patrones y técnicas. Cambiar de una escuela a otra solo es posible con el consentimiento del profesor. Las clases son firmes, estrictas y también caras.
La escuela más conocida es la Tokyo’s Domyo que tuvo un maestro nombrado Tesoro Nacional Viviente. Cuando la actual Emperatriz era heredera era una gran entusiasta del kumihimo y patrocinó a las escuelas más famosas visitándolas anualmente y comprando sus productos.
Telares
Existen cuatro estructuras de madera parecidas a un telar para comúnmente crear kumihimo:
Marudai: Es un telar circular con un agujero en el centro donde se pueden crear kumihimo redondos. Los hilos se sujetan con unas piezas llamadas “tama” que se mantienen rígidos mediante un contrapeso en el centro de la estructura. La pieza circular suele medir unos 25 cm con un agujero de 4cm. La altura está en función de las piernas en posición seiza (con las piernas dobladas).

Takadai: Es el segundo tipo más conocido en occidente después del marudai. Su estructura recuerda a un telar. Con el takadai se puede hacer composiciones complicadas de hasta 100 hilos. La mayoria de kumihimo que se crean son planos.

Ayatakedai: Fabricado normalmente de bambú, pueden fabricarse trenzas fuertes con una estructura plana parecida a los tejidos. Se caracteriza por tener unas piezas parecidas a la cola de las flechas.

Kakudai: Es un telar cuadrado que requiere trabajar con hilos fuertemente retorcidos, predominantemente se pueden hacer kumihimo cuadrados, redondos u ovalados.

Karakumadai: De estructura cuadrada es el tela más antiguo. Es un marco con muchos clavos para separar los carretes de hilo. Crea muchas tipos de kumihimo.

Cuidado con las faltas.
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